lunes, 13 de octubre de 2008

RECUERDOS

Ya hace tiempo que no escribo, y no por falta de ganas, pero es que aveces hay otros acontecimientos que te ocupan la atención, y que te distraen de cosas cotidianas que nuestro subconsciente sin ordenárselo nadie, las coloca en lista de espera.

Si, la joya de más abajo, ha llegado a mis manos, en concepto de regalo acumulado hasta no se bien cuando.

Y este ha sido uno de los motivos, de mi parón lingüístico, la pequeña joya, ha acaparado toda mi atención, para intentar entenderla y disfrutar de ella al máximo.

Otros acontecimientos familiares se han solapado y también han distraido mi atención, pero ayer fue un día que sin quererlo me hizo volver a mis reflexiones, y a la necesidad de plasmarlas en algún sitio, para posterior recordatorio.

Y es que, es curioso como hay acontecimientos que nos marcan de por vida, y otros pasan al olvido, para desconsuelo de algunos.

Si hoy tengo que hacer un análisis de mi vida familiar, junto con mis padres, curiosamente, sobre todo, y en primer lugar me vienen a la cabeza los momentos agradables, que pasé con ellos, las vacaciones familiares en el pequeño seiscientos, los veranos en el pueblo, las meriendas campestres, los días de regalos y de Navidades todos en familia, los fines de semana en casa... y si luego intento profundizar más, me llegan vagamente algunos momentos no tan buenos, que prefiero no recordar, y que justifico quizás como síndrome de Estocolmo, no se, como beneficiosos para mi desarroyo y para haber llegado a ser lo que soy hoy en día.

¿Y mis hijos con que se quedarán de su corta existencia en la vida familiar? ¿Tendrán algo bueno que recordar?

Sería muy triste que todo el sacrificio hecho por y para ellos se fuera a saco roto, y que el día de mañana sólo tuvieran malos recuerdos, o recuerdos efímeros, y sin contenido.

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