El verano ha sido bueno, hemos disfrutado como nunca, y hemos hecho cosas nuevas que nunca había hecho, lástima que en su recta final haya sucedido algo que me ha hecho reflexionar.
He recibido el gran chapuzón del verano, cuando me he visto impotente ante la corrupción de aquellos que en teoría se les declara Juez y parte, porque se les supone una moral intachable...
¡Dios mio! que lejos de la realidad...
Hoy por hoy he perdido la confianza en el poder, y en nuestros cargos políticos, que me han demostrado hasta que punto de corrupción pueden llegar.
Me gustaría publicar a los cuatro vientos la injusticia que he sufrido, sin embargo, he decidido callar y pasar página, ya llegará el momento de mi resarcimiento, o eso espero, pero desde luego lo que si he perdido ha sido un pedacito mas de mi escasa inocencia. Que paradoja, a mi edad...
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