jueves, 25 de septiembre de 2008

Marionetas



Es sorprendente como el destino juega con nosotros como si fuéramos marionetas cuyos hilos Dios sabe quien los maneja, algunas veces dándonos alegrías y otras, grandes tristezas.

Estos días he tenido la ocasión de ser espectador de este teatro de marionetas, viendo por un lado la alegría de la celebración, y por otro la tristeza de cinco obras concluidas. No siempre los finales son como nos gustaría que fueran, y llegan en el momento más inesperado, y algunas veces de la manera mas cruel. Nunca nos viene bien acabar con la obra, siempre nos queda algo más que hacer, algún episodio más que interpretar, pero no somos nosotros quienes escribimos el guión, ni quienes manejamos los hilos de las marionetas.

Somos como las gotitas de agua que recoge una flor, hoy en su máximo esplendor pero predestinadas a desaparecer con el tiempo. Es ley de vida, pero nos resistimos a aceptarlo. El día que me llegue ese momento sólo espero no tener que arrepentirme de no haber disfrutado de mi vida lo suficiente, y de no haber hecho saber a mis seres queridos lo importantes que han sido para mi.

"En recuedo de aquellos que ya nos han abandonado".

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